miércoles, 1 de febrero de 2012

EL RÍO Y EL MOLINO CANTARÍN DEL ALISAL (Mi Campanario, Enero de 1946)



Un vecino de Aranguren ha regalado a Aranguren Aurrera, y por ende a todo el pueblo de Aranguren y al resto del municipio, un ejemplar de Mi Campanario, primera revista parroquial que se publicó en 1946. Hemos decidido publicar el contenido de esta revista y hacerlo por entregas, esta es la segunda.

En la mayoría de los artículos se deja ver un incondicional amor y cariño hacia el pueblo de Aranguren, motivo este que nos anima a transformarlo en formato digital y publicarlo.

Que cada uno utilice el tamiz que crea oportuno, imprescindible en algunos artículos. Hay que tener en cuenta que esta revista nace en la parroquia y todos los textos están escritos según su visión, y en algunos momentos pueden verse mas o menos alejados de la realidad y de nuestros principios ideológicos.

Allá vamos con la segunda entrega. ¡Esperamos que os guste!



Pero ¡Ah, lector! ARANGUREN poseía un río y un molino (testigo en otros tiempos, de estrépitos de las luchas banderizas) y que cansado y agotado ya de tanto repetir su monótona cantinela de "tlin, tlin, tlan" y único en quebrantar el eterno silencio del recinto, cada vez más melancólico, parecía anunciar su agonía y predecir la nueva era de evolución, de progreso, de trabajo y de vida.


Sí, ARANGUREN poseía un río; el río Cadagua, que antaño era azul y arrastraba leyendas de primitivos vascos con sorgiñas, lamias y zugarramurdis, con amores pánicos y danzas agrestes anteriores a Cristo. Río fecundo, que alimentaba con el dulce néctar de las sabrosas aguas de su seno, truchas voraces, juguetonas bermejuelas, anguilas suculentas, rubios cangrejos, barbos, loinas, etc... Al mismo tiempo, que bajo el velo de sus azuladas aguas, como diluida en esas mismas entrañas, portaba una inexplorada y casi misteriosa, pero arrolladora fuerza, que en su día el talento macho de una inteligencia despierta, desviando por medio de un corte violento su curso natural, hubo de extraerle todo su jugo en bien y provecho de la sociedad.



Mi Campanario (revista parroquial), Enero de 1946.

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