domingo, 11 de marzo de 2012

MODERNIZACIÓN DE LA INDUSTRIA//MUNICIPIOS EN LITIGIO

Un vecino de Aranguren ha regalado a Aranguren Aurrera, y por ende a todo el pueblo de Aranguren y al resto del municipio, un ejemplar de Mi Campanario, primera revista parroquial que se publicó en 1946. Hemos decidido publicar el contenido de esta revista y hacerlo por entregas.

En la mayoría de los artículos se deja ver un incondicional amor y cariño hacia el pueblo de Aranguren, motivo este que nos anima a transformarlo en formato digital y publicarlo.

Que cada uno utilice el tamiz que crea oportuno, imprescindible en algunos artículos. Hay que tener en cuenta que esta revista nace en la parroquia y todos los textos están escritos según su visión, y en algunos momentos pueden verse mas o menos alejados de la realidad y de nuestros principios ideológicos.

Allá vamos. ¡Esperamos que os guste!


MODERNIZACIÓN DE LA INDUSTRIA

Con rapidez endiablada se vio subir una majestuosa y gigantesca chimenea, que rasgando los aires, parecía desafiar la mismas nubes; y a su amparo, en menos de dos años, se vio también surgir la nueva industria montada con todo aparato moderno, completa en su género y con una potencia productiva formidable.


Año 1892 y todo nuevo, desde el edificio, hasta las máquinas. Todo estaba concluido, aparejado y preparado. Mas... le faltaba el impulso vital, no dejando de ser, por lo tanto, un panteón industrial con sus cilindros, máquinas y calandras muertas. Reclamaba, pues, movimiento y vida, y... la adquirió cuando por fin, el ronco son de su clásico cuerno invitara al trabajo a los sencillos habitantes de los pintorescos valles vecinos. Desde entonces, grupos y más grupos de simpáticos obreros, tanto de día, como de noche, con sus marmitas en la mano, y relevo tras relevo, se ven acudir afanosos al trabajo y al pié de las máquinas, de esas máquinas de papel continuo, que desterradas ya las tinas, con cilindros trituradores, hacen papel seco con un trapo viejo y desaparecido el romántico molino, bosques de pino, convierten en tarjetas de visita, pajas de trigal en cartas de amor, espartales en librería, y campos de lino y de algodón en monumentales bibliotecas. ¡Milagros de la celulosa y del obrero!... Aunque tú, desde hoy, ¡Oh Cadagua! ya no pudiera seguir siendo, lo que fuiste; pues... tus aguas hasta ahora han sido bien azules, graciosas y risueñas, más en adelante tú "serás blanco, de color de leche, como los ríos de la biblia: río triste, río fantasma de la noche, sin poder reflejar la luna, porque llevas dentro diluida; río intelectual y río químico".


"La sosa blancuzca mató tus peces y ovas, espumosos cuajarones tóxicos hacen estremecer de terror raíces de árboles: El progreso mató las brujas, el bisulfito desterró damas de áureos cabellos, llevándolas para siempre al bosque".

MUNICIPIOS EN LITIGIO

Llegó por fin aquella nueva era, que parecía presagiar aquel romántico molino cantarín, y la civilización y el progreso pusieron a su pie y su sede en el diminuto valle. Y cuando el nombre de Aranguren, comenzaba ya a cruzar las fronteras de los vecinos pueblos, con augurios de prosperidad, surgió un litigio descomunal entre Güeñes y Zalla, siendo así que hasta esta fecha de 1892, estuvieron ambos municipios de común acuerdo, de que los mojones de Rujada y Lomacurro, cortaran en derechura o línea recta, con el hito de Aranguti. Esto, y no otra cosa, se deduce del acta levantada, el 12 de Diciembre de 1748 obrante en el Archivo de Güeñes y que dice "...desde Rujada y Lomacurro confina y mira, hasta el hito de Aranguti...por derechura según dicha tejera de Salcedo...en cuyo intermedio, quedando en poner hitos, que conviniesen y confrontasen la línea recta desde el dicho hito. Pico Picuegüen al de Aranguti..." (Archivo de Güeñes).


Pero, por lo visto, parece ser que nunca llegaron a poner manos a la obra. Todo se explica, porque... nunca vislumbraron la futura grandeza de Aranguren.


Veamos el desarrollo del litigio. Mas reconociendo ser esta, una materia muy delicada, para no herir los ánimos y renovar discordias, únicamente daremos, y entre puntos suspensivos, un breve extracto u reseña entresacada de los legajos y documentos manejados en dicho litigio del Archivo de Zalla.


Hablan los documentos. "Porque desde tiempo inmemorial ha venido poseyendo el pueblo de Zalla...mas aproximadamente hace seis meses (este escrito está fechado, el 12 de enero de 1892) solicitose del Ayuntamiento de Zalla el concerniente permiso para la construcción de una nueva papelera, que por ser de un extensivo radio de operaciones...(se dice en un escrito de remisión de un croquis, al excelentísimo Señor Gobernador Civil). En otro se dice..."surgió esta contienda jurisdiccional con ocasión del R.D. de 30 de septiembre de 1889 y evidentemente, no hubiera tomado las proporciones de un litigio si ambos municipios, el de Güeñes y Zalla, no hubieran tenido gran interés en que pertenezca a su respectiva jurisdicción la nueva fábrica "Papelera del Cadagua"... (Legajo 54 del Archivo de Zalla).


Resolución. El 19 de septiembre de 1892 el excelentísimo Señor Gobernador por una providencia señaló los límites jurisdiccionales, mandando a ambos ayuntamientos, no ejercer ningún acto posesorio del terreno en litigio, hasta su solución definitiva, por los tribunales de justicia.


El 29 de enero de 1889 el Tribunal de lo Contencioso de Bilbao, dicta sentencia, de no haber lugar a la demanda presentada por el ayuntamiento de Güeñes, y en consecuencia confirma la providencia del Señor Gobernador.


Sentencia definitiva del Tribunal Supremo. En revocación de esta sentencia dictada por el Tribunal Provincial, el municipio de Güeñes apela al Tribunal Supremo de Madrid. Y el 18 de enero de 1898, el Supremo de Madrid confirma la pronunciada por el Tribunal Provincial de Bilbao que copiada literalmente dice así.


"Fallamos: que debemos declarar y declaramos, no haber lugar a la demanda presentada por el Ayuntamiento de Güeñes. Y en consecuencia, confirmamos la providencia recurrida del 19 de septiembre de 1892, dictada por el Gobierno de la provincia de Vizcaya, que fija la línea divisoria de los confines jurisdiccionales de los concejos de Güeñes y Zalla, según la ejecutó el perito facultativo Don Marcelino del Río, en el plano levantado por él mismo, o sea la que partiendo del mojón de Picuegüen seguirá las direcciones marcadas sucesivamente por los tres mojones siguientes, y desde el último de éstos, se trazará una línea recta hasta el mojón de Aranguti".


(Gaceta de Madrid, número 279, 6 de octubre de 1898, página 77 del Archivo de Zalla).


Y el 26 de octubre de 1898, se verifica el amojonamiento definitivo, como cumplimiento de dicha sentencia. (Archivo de Zalla, legajo 54).