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Solo unos kilómetros separan el centro de Zalla del núcleo de Aranguren, un abismo para quienes perciben que esta zona queda relegada a un segundo plano, eclipsada por Mimetiz. “Muy abandonada en el plano cultural”, exponen Víctor Gómez, Xabier Rivas y Aitor Pedrueza. Ellos se propusieron “situar el foco de atención en Aranguren, aunque fuera solo durante un día”, y para ello miraron al escenario de muchas excursiones de cuadrilla: el río Kadagua, por el que discurrirá el 30 de abril la quinta edición del descenso de canoas.
Sentados en una mesa en el área recreativa de Bolunburu, Víctor, Xabier y Aitor ya imaginan el césped cubierto de piraguas listas para hacerse al agua el 30 de abril a las 11.00 horas. La mañana de la prueba es un continuo ir y venir de deportistas -calculan que se inscribirán cerca de 200- y voluntarios de la organización, aproximadamente treinta. Ellos tres y el resto de los implicados en los preparativos dan por bueno el esfuerzo si contribuye a recuperar el espíritu del barrio “seguro y muy divertido” en el que crecieron.
A lo largo de varios meses de trabajo con reuniones semanales han diseñado la cita pensando no tanto en el interés competitivo de remar durante seis kilómetros río abajo, sino en la reunión popular posterior que reforzará los vínculos de amistad entre los vecinos. Esperan sentar a la mesa al menos a 250 personas en una alubiada en la plaza Autonomía y después habrá conciertos de música que prolongarán la diversión por la tarde. “Cuanta más gente se apunte, mejor”, animan.
En Aranguren se celebran la cabalgata de los Reyes Magos, carnavales, rastrillos solidarios las fiestas de San Juan o un encuentro micológico y este fin de semana el núcleo urbano reproducirá la Feria de Abril. Aun así, los promotores del descenso del Kadagua pensaron allá por 2012 que hacían falta más iniciativas. Y qué mejor vehículo de unión, físico y simbólico, que el Kadagua. “Entonces nos acordamos de las veces que nosotros mismos y mucha gente más hemos cruzado el río en canoa”, recuerdan. La primera edición se saldó con un éxito rotundo: más de 130 inscritos y una expectación que se mantiene hasta hoy.
“Sabemos que hay chavales que están deseando cumplir la edad mínima para poder participar -se admiten inscripciones de personas nacidas antes de 2008-. Otros vienen disfrazados y siempre vemos aficionados que se concentran en puntos significativos del trayecto para ver el paso de las canoas”, relata Víctor Gómez.
Cuatro presas artificiales y dos naturales salpican el trayecto de casi seis kilómetros entre Bolunburu y Aranguren. Un recorrido asequible, que además se realizará “con las máximas garantías de seguridad: la unidad acuática de la Ertzaintza, la Cruz Roja y personal de la organización cubrirán el tramo en el que se llevará a cabo la prueba”. Además, las matrículas cubren un seguro de accidentes para cada participante. La ganadora del año pasado, Malena Santibáñez, empleó 36 minutos en alcanzar la meta.
CERCANÍA Los organizadores tratan de preservar la esencia popular de la competición en los más mínimos detalles. No es casual que para realizar la inscripción no se haya proporcionado un número de cuenta, sino direcciones de bares y tiendas de Aranguren, Zalla, Balmaseda, Güeñes y Sodupe: “Pretendemos propiciar esa cercanía de los pueblos. Que las personas interesadas en apuntarse se acerquen a los establecimientos, hablen...”.
ELIXANE CASTRESANA - Miércoles, 20 de Abril de 2016
